Después de echar un vistazo al panorama relativo a los dioses general, vamos a adentrarnos en uno de los aspectos más llamativos de los cultos: la forma en que los dioses compensan a los mortales. Recordamos que los dioses del llamado Panteón Principal no se aparecen directamente en Anthara, delegando su fuerza a quiénes consideren. Respecto a los dioses menores, como muchos de ellos caminan por el mundo, sí pueden tener contacto directo con sus habitantes, aunque a cambio de ello cuenten con mucho menos poder. Sea como fuere, ambos reúnen la capacidad de traspasar parte de su poder a otros (ya dijimos que este era uno de los dos requisitos indispensables para ser considerado una divinidad). ¿Cómo se exterioriza esto? Las donaciones de una ínfima parte de su poder aparecen de determinada formas, en cuanto así lo quiera la divinidad. Vamos a describirlas una a una para que quede claro.
Recuerdo que, como dije en la entrada anterior, esta clasificación no atiende ni a la forma de culto, ni al por qué de las donaciones de poder. Cada divinidad es un mundo en sí misma, y los procesos son completamente diferentes.
Eléucos: con esta palabra tan bonita se agrupa a todos los mortales que están al servicio de una divinidad sin que medie en ellos poder alguno. En Anthara, apenas existe este tipo de individuos: generalmente, los que profesan como dirigentes de Iglesias, de sectas o cultos, tienen una pequeña porción de poder divino. Sin embargo, cultos tan grandes como el de Pelor (Dios del Bien) o el de Corellon Larethian (Dios de los Elfos) necesitan, en sus edificios sagrados, de personas que ayuden en tareas más mundanas. ¿Recuerdan los diáconos católicos? Pues algo parecido. Muy pocos cultos cuentan en su jerarquía oficial con este tipo de individuos.
Clérigos: Los individuos que toman el papel de clérigos son los estándares de su dios. De una manera u otra, obtienen una pequeña parte de su poder y la misión de comulgar con sus dogmas. Los clérigos son los personajes divinos que más abundan por las extensiones de Anthara, aunque están especialmente emparejados a los dioses de carácter más marcial. Todas las divinidades tienen a este tipo de individuos entre sus filas.
Clérigo de Pelor
Invocadores: El invocador es un individuo dotado de poder divino diferente al clérigo. Diferente en el sentido en que este se manifiesta. El clérigo desarrolla el poder de su divinidad a través de la magia divina. Esta es la misma para todos ellos, aunque cada uno elija un camino u otro. Cada invocador es diferente a otro. Ellos desarrollan poderes de forma directa y no tienen límites en su magia al usarlos, pues procede de la propia esencia que el dios ha plantado en ellos. La mayoría de estos poderes, a su vez, son reflejos de los poderes de las Armas de los Dioses de la divinidad en cuestión, como un reflejo de cada uno de estos. Desarrollan sus aptitudes (marciales y no) de forma pareja a la deidad, y cuentan con un vínculo directo mucho más elevado. Los dioses relacionados con la magia arcana cuentan con más invocadores que clérigos en Anthara, curiosamente.
Invocadora de Nerull, Dios de la Muerte
Paladines: La mayoría de nosotros conoce a los paladines. Estos son enviados directos de la deidad para realizar una misión concreta. Mientras que las dos clases anteriores suelen estar destinadas a enviar un mensaje relacionado con los dogmas de la divinidad (aunque en algunas deidades son auténticos elegidos, como el caso de Withliedir, Diosa de las Aguas), el paladín viene para hacer algo concreto. Su elección es muy personal y responde a unas necesidades muy concretas. Tanto esa sí que son pocos los dioses que conceden este tipo de don. Individuos dotados de una voluntad férrea, una capacidad de combate superior y una confianza en sí mismos tan elevada como la personalidad que destilan.
Neaksy Esmeralda Sangrienta. Única paladina conocida de Maurlia, Madre de los Vampiros.
Sacerdotes: Los sacerdotes tienen una explicación muy sencilla en una frase: los paladines de la Naturaleza. En Anthara, este tipo de individuos son elegidos para una misión muy concreta, pero con la salvedad de disponer de ese poder gracias a algún tipo de fuerza natural. De esta manera, sus conjuros están en colación con los de los druidas, aunque sus capacidades de combate son superiores. Obad-Haï, Dios de la Naturaleza, cuenta con sacerdotes, no con paladines, por citar un ejemplo.
Nok Matatrolls, sacerdote de Yondalla
Estas son las formas en las que el poder divino se manifiesta. Naturalmente, existen muchos espectros de poder, y cada una de estas clases cuenta con varias ramificaciones, pues muchos especializan su poder en cuestiones muy determinadas. Hemos mostrado el tronco del árbol: son tantas las ramas, que preferimos que cada Director de Juego o creador literario ponga las que le gusten.
Para la última entrada, hablaremos de las Armas de los Dioses y haremos una relación de las divinidades más destacadas y sus atribuciones, con el fin de daros más opciones y entender mejor todo lo expuesto. Como siempre, espero que haya sido de ayuda y fácilmente comprensible.
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