miércoles, 12 de junio de 2013

Historia de Anthara (III)

Buenas de nuevo. Continuamos, una entrada más, con la Historia de Anthara. Ya os anuncio que este no va a convertirse en el ritmo normal del blog (una entrada cada dos-tres días), pero aprovecharé que tengo hilvanadas estas cuestiones para que las entradas relativas al mismo tema puedan leerse en menos tiempo y, por ende, sean más asequibles de comprender.

Decía en la entrada anterior que, posiblemente, esta sería la última. Finalmente, he optado por dividir los acontecimientos en esta y otra entrada. Y no tanto por complejidad sino por comodidad; no es mi idea que leáis tochos infinitos de fechas y acontecimientos. Vamos allá, pues.

Era de la Luz (380-432)

Habíamos dejado la Era de la Oscuridad en su final, pero no habíamos marcado el inicio de la Era de la Luz. Como bien sabéis, los cronistas fijan esto en momentos muy importantes para el desarrollo de Anthara. Este nuevo periodo surge con el tratado de paz y colaboración firmado entre Guilthas-Athor y el nuevo monarca de Istronia, primero de la dinastía Álentor. Ambos, en el Balcón de Reyes del Castillo Blanco de Palanthas, capital del reino más poderoso de Áinster, anuncian un nuevo tiempo de paz, perpetuidad y colaboración. Era el inicio de la Era de la Luz, una quimera de los deseos de ambos monarcas.

Lo primero que vamos a destacar son los acontecimientos que se suceden en los siguientes veinte años en la parte este del continente. Y lo haremos de forma esquemática, con idea de resaltar lo importante:

- La primera muestra de voluntad a la que acceden los Álentor, tomando el rumbo de un reino sumido en la más acuciante ruina, es dotar de la independencia total al Reino de Zanarkand (384), que acaba convirtiéndose en un espacio con libertad para decidir su forma de gobierno, pero vasallo del Reino de Istronia, con el que se negoció un tributo bianual. A partir de ese momento, los habitantes de Zanarkand crearon una bandera propia, surgió un nuevo monarca y se consolidaron unas leyes propias.

- La fórmula anterior resultó del agrado de Istronia, que no tenía que ver menguada sus arcas. Ceder parte del territorio para su independencia a cambio de un tributo fue una fórmula amparada en la amistad y la libertad que los Álentor dieron al resto de pueblos y razas, al menos en el papel. En el año 394 nace el Reino de Lundstrom, que ocuparía la zona sureste de Áinster, con idéntico resultado. Era esa una zona muy rica en recursos, y los habitantes de la misma estaban bastante enriquecidos económica y militarmente. Las presiones fueron suficientes para que siguiesen el camino de Zanarkand. Al Reino de Istronia no le interesaba otro conflicto armado.

En definitiva, la parte este de Áinster, como veréis en el mapa que se encuentra a continuación, está dividida en tres grandes zonas: Istronia, Zanarkand y Lundstrom. Sin embargo, no podemos dejar de comentar un acuerdo esencial entre estas tres realidades políticas: el Pacto de las Tres Naciones (398)

Este acuerdo entre los tres reinos implicó, en su definición, la aceptación religiosa de cualquier tipo de culto, ya fuese perteneciente a deidades buenas, malvadas o neutrales. Se permitiría la construcción de templos dedicados a dioses como Heironeus (deidad del valor, el honor y el Bien) o Wee-Jas (deidad del engaño, la sangre y las ambiciones ocultas) sin ningún tipo de obstrucción legal. Esto fue un claro avance para la libertad de culto, uno de los buques insignia de las civilizaciones de Anthara. Promovió la adopción de numerosos fieles, construcción y ampliación de templos y toda una suerte de tradiciones, liturgias y enfrentamientos. Tal fue su importancia que los reinos del oeste se acogieron pronto a este acuerdo. Sin embargo, tras ello había también connotaciones económicas y de colaboración militar, como no podía ser menos.

¿Y qué sucede en el oeste de Áinster? Son muchos los cambios que se operan en esta zona, como iremos detallando. Baste decir que en estos momentos tenemos dos formaciones políticas: Lerin-Athor y el Reino de Istar. Pero esta será una época de conflictos y transformaciones.

- Las Guerras Grises (385-388): Una sedición de una de las familias más importantes de la nobleza elfa fue expulsada de Lerin-Athor y se situó fuera de sus límites, al sur. Eran estos los Neratha (águila en élfico). Estos se asentaron en esa zona y se autoproclamaron reino independiente, con el nombre de Erys-Neratha. El territorio controlado y su alianza con las poblaciones locales les llevó a cerrar fronteras con una de las dos salidas naturales de Lerin-Athor, lo que promovió enfrentamientos. Este es uno de los episodios más tristes dentro de la historia de los elfos de Lerin-Athor, pues no hicieron otra cosa que defenderse, con idea de no matar a sus hermanos. Sin embargo, al Reino de Istar (pues era su territorio) no le quedó más que enfrentarse a ellos. Hay que tener en cuenta que estas tierras están llenas de ciénagas y pantanos, y las campañas fueron victoriosas para el nuevo reino elfo, al que cada vez acudían individuos y mercenarios de peor calaña. Se habría convertido en una batalla larga y tediosa sino fuese por la ayuda de las ciudades gnomas del sur, quiénes arremetieron y posicionaron la victoria del lado de los istarianos. Todos los miembros de la familia rebelde fueron asesinados, y ese territorio se conformó como un lugar hostil, de pillaje y asesinatos, lleno de bandidos y expulsados de las tierras élficas. Se le denominó Bel-Hatir, que en el idioma de los elfos, quiere decir Tierra de Nadie. A su vez, Grekius IV, en aras de su servicio, dotó de la independencia a las ciudades gnomas, que se convertirían con el tiempo en uno de los reinos más ricos de todo Anthara: el Reino de Garl, en honor al Dios Patrón de la raza gnoma.

- La Reunión de los Cofres (400): Con el cambio de siglo llegaría la otra transformación fundamental de la zona oeste. Los territorios del sur estaban habitados por nobles que se habían enriquecido muchísimo con los intercambios comerciales en los puertos, y que habían formado una casta aristocrática y de carácter oligárquico que gobernaba casi sin temor a lo que resultase del monarca de Istar. Sin embargo, estos quisieron ir más allá, y compraron su independencia por la cuantía de 400 millones de piezas de oro; jamás se ha visto en Anthara tanto dinero junto. A partir de ese momento, dicho territorio pasó a convertirse en el Reino de Ástarin, gobernado por un consejo de las familias comerciantes más poderosas.

Sé que en esta ocasión todo está siendo mucho más lioso, pero espero que el mapa y la cronología que adjunto ayude a entenderlo todo de una forma más esquemática. Además, nos faltan dos acontecimientos cruciales que marcarán el final de esta Era de la Luz, y que intentaré resumir brevemente:


Retrato de Zacardish el Sibilino

- La Guerra Dorada (407-410): El conflicto más cruento de toda esta época. El monarca de Zanarkand en estos momentos, Zacardish el Sibilino, aludió a visiones proféticas de dioses que clamaban en él ser un elegido para tomar los territorios del usurpador Aylmar Álentor, pues su reino debía ostentar toda la zona del Río Tándaris hacia el este. Ayudándose del reino de Istar, declaró la guerra al Reino de Istronia. Su avance fue rápido y temible. Al año habían tomado el Reino de Lundstrom, aliados de Istronia, por completo. La ayuda élfica llegaba con retraso, pues la marina de Lundstrom, controlada por Zanarkand, evitó el desplazamiento de tropas de Lerin-Athor. Los ejércitos de Zanarkand llegaron hasta el mismísimo Bosque Dorado, a un día de Palanthas, la capital. Allí se realizó una gran gesta por parte del ejército istroniano, diezmado y mucho menor: en él tuvieron que ver mucho las hazañas de Limba Medio Pié, un excéntrico alcalde de una localidad al norte del reino, comandando una tropa de aldeanos y soldados a medio formar, y las tácticas militares de Orion, príncipe de las Islas Dártor, quién luego sería bendecido por los dioses como un Vigilante (hablaremos de eso en otra ocasión, pero está relacionado con Anthas). La victoria, contra todo pronóstico, significó el inicio de la reconquista. Se volvieron a las fronteras naturales de los países, y los tratados de paz implicaron la independencia económica de cada uno de los tres reinos. Istronia nunca había visto el peligro tan de cerca.

A Limba Medio Pié, y en un proceso muy típico de la historia de Áinster, se le reconoció soberanía sobre una pequeña porción de terreno. Nacía así el último de los reinos que tendrá el continente: el Reino de Tracia (410)


Limba Medio Pié. Que fuese excéntrico no obvia sus innatas cualidades marciales.

Por último, hablaremos del acontecimiento que marca el final de esta Era. La tercera generación de elegidos por los dioses para derrotar a Anthas encuentran la Piedra de los Deseos, y la destruyen. Lamentablemente, no es más que un engaño, una encerrona que el malvado dios preparó para liberar parte de su esencia en este mundo. Una esencia que se transformará en culto y removerá los cimientos de la fe de millones de mortales. En lo más profundo del Reino de Istar se inicia el mismo. Comienza la Era de los Mortales.

CRONOLOGIA

384: Independencia total del Reino de Zanarkand.

385-388: Guerras Grises. Nacimiento de Bel-Hatir.

388: Nacimiento del Reino de Garl.

394: Creación del Reino de Lundstrom.

398: Pacto de las Tres Naciones.

400: Reunión de los Cofres. Nace el Reino de Ástarin.

407-410: Guerra Dorada.

410: Nacimiento del Reino de Tracia.

432: Destrucción de la Piedra de los Deseos. No era la auténtica. Muerte de la Tercera Generación de elegidos de los dioses (en adelante, Portadores de la Marca) Fin de una Era.

A continuación, el mapa de la situación al inicio de la Era de los Mortales:






1 comentario:

  1. Los de Zanarkand son unos zumbaos, pero es una tierra interesante. Deberíamos viajar más allí, en esa zona se esconden tela de cosas =)

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