Vamos a comenzar la descripción de los diferentes periodos que conforman el pasado de Anthara. Para ello, y como mortales que somos, tomaremos las referencias de las primeras escrituras de estos. Lo haremos de forma concisa, aludiendo a los detalles más generales, y centrándonos en las grandes dinámicas de cambios. Para ahondar en algún aspecto dedicaremos más adelante algún artículo propio.
Los eruditos del Templo del Saber o Nessïan saben de la antigüedad del plano, mucho más anciano que los dioses que ahora observan sus designios. Lo que existiera antes está situado en las brumas del pasado, encerrados en las profundidades de la tierra, yuxtapuesto a las grandes civilizaciones mortales. Hay cierto resquemor presente en el alma de los mismos cuando intentan conocer qué hubo más allá. Parece una suerte de camino bloqueado, una barrera bien firme que es mejor no atravesar. Por ello, sus crónicas comienzan, cómo no podía ser de otra manera, con lo que para nosotros, espectadores, podrían ser mitos. Pero, en Anthara, el mito se convierte en realidad.
La Creación
No queremos entrar en muchos detalles sobre este asunto, más cercano a cierta cosmogonía. Baste decir que, para los sabios, existió una entidad, a la que llamaron Caos, que dio forma a Anthara. A su vez, como era en sí misma imanente, surgieron de la misma los dioses, sus hijos, que dotaron de vida al mundo. De estas primera criaturas, a las que se les denomina las Deidades Mayores, surgieron deidades menores, como si de una cadena se tratase.
Las cinco deidades primigenias son los padres de las cinco razas fundadoras: Corellon Larethian, dios de los elfos; Yondalla, diosa de los medianos; Garl del Oro Luminoso (apelativo posterior), dios de los gnomos; Moradin, dios de los enanos y Gruumsh, dios de los orcos. De estos últimos, apenas quedan representantes en Anthara, como veremos más adelante. A su vez, como la visión de la realidad es dual, se creó la Luz y la Oscuridad, y de ella surgieron Pelor, dios del Bien y la Vida, y Nerull, dios del Mal y la Muerte. El segundo fue el que trajo mortalidad entre las razas, antaño inmortales. Los humanos, como el resto de razas menores y otros seres vivos, surgirán después al amparo de estas creaciones.
Yondalla, Madre de los medianos
Muchas preguntas surgen ahora al lector. ¿Los medianos inmortales? Si no existía Naturaleza ¿tenían la necesidad de comer? Por un lado, debemos recordar que esto es un mito, y muchas partes del mismo se pierden en los vestigios de la interpretación, o a otros relatos que ahora no vienen a cuento.
Así fue, poco a poco, como Anthara fue poblándose y convirtiéndose en un mundo denso, enriquecido. Los dioses caminaban con los mortales, animaban sus cultos y luchaban ferozmente entre ellos. El poder de estos fluía libremente, sin control, y esto amenazó al plano más de una vez. Es en este momento cuando comienza la Primera Era, o Era de la Sangre.
Nerull, Dios de la Muerte
Era de la Sangre
¿Recuerdan el detalle de los orcos? No fue gratuito aportarlo. Las guerras entre razas eran tan frecuentes como las matanzas que se producían. Eran tiempos violentos, salvajes. El Poder en toda su ambigüedad fluía libremente, sin control, y desequilibraba contiendas. Los primeros elfos, llamados así mismos Altos Elfos, propiciaron la destrucción de la raza orca, de ahí que el odio entre ambos sea algo que llegue hasta nuestros días, imbuido en la propia sangre de estos. Esta matanza en la que cientos de miles de orcos fallecieron puso en jaque a Gruumsh, patriarca de la raza, quién declaró la guerra a Corellon. Fue el primer conflicto abierto entre dos deidades que se realizaba fuera de Anthara; no entre mensajeros y hombres de fe, sino entre los propios protagonistas. Se llamaron a filas a dioses malignos, dioses buenos; las deidades neutrales intentaron mantener la paz, sin control. Hubo destrucción y caos. Todas las penalidades que las deidades causaron desembocaron en la aniquilación de civilizaciones, etnias....tierras enteras fueron devastadas. Algunos cronistas hablan de una guerra que duró más de un milenio.
St. Cuthbert, Hacedor de Justicia, Juez de Dioses.
Afortunadamente, toda guerra tiene un fin. Los dioses decidieron claudicar sus actos, pues por unos motivos u otros, no querían ver sus criaturas destruidas. De esa paz surgió la equidad, y un mortal fue designado como representante de la misma: nacía San Cuthbert, deidad de la Justicia. A esta se le otorgaron los máximos poderes para redactar una serie de leyes en las que incluso los dioses malvados estuvieron de acuerdo. Nada de tomar partida directa en Anthara, salvo causa de destrucción de la misma. Nada de personarse en el mundo y caminar junto a los mortales. Los dioses tomarían parte de sus conflictos en sus planos, y representarían sus batallas entre sus creaciones sin que unos afectasen a los otros. Sobre todo, hubo un acuerdo tácito de limitar la influencia directa. Pero esto, como veremos más adelante, no siempre fue cumplido...se aprobó el Concilio de los Dioses, en los que estos se reunirían para tomar decisiones, y se otorgó a S. Cuthbert la potestad única de nombrar nuevos deidades.
El daño ya estaba hecho, no obstante. Muchas deidades menores se habían quedado en Anthara. La mayoría fueron relegadas a los Reinos del Norte, donde hoy en día habitan. No tienen el mismo poder que las Deidades Mayores, pero es suficiente para convertirse en seres tremendamente poderosos.
Pero...¿y en Anthara qué sucedía? Las guerras se continuaban unas tras otras. La sangre cubría ciudades, bosques y océanos por igual. Nerull tomaba miles de almas cada día. Las razas tomaban parte en guerras fratricidas. El mundo parecía destinado a convertirse en algo inhóspito.
Y es, en este momento, donde surgen las dos principales figuras mortales de la Historia de Anthara: Solamnus y Naush-Athor. El primero fundó el primer Imperio del que se tiene constancia. El segundo, años más tarde, sería el principal pacificador de las Tierras del Norte.
Solamnus el Primer Caballero fue el fundador del Reino de Istronia, que en esos momentos llegó a ocupar todo el continente de Áinster. Hombre de enorme carisma, bendecido por todos los dioses, unificó pueblos, destruyó toda resistencia y se erigió como el baluarte de los humanos, raza que comenzaba a crecer de forma desproporcionada. Con él se inicia el Año 0, y se pone comienzo a la Historia. Naush-Athor el Pacificador se convirtió en una figura de culto entre elfos, pacificó las Tierras del Norte e instruyó a los primeros gobernantes de las diferentes civilizaciones en la conservación de su propia identidad.
Solamnus, el Primer Caballero
Si observan lo descrito en la Geografía de Anthara, ambas situaciones se tornan algo complicadas. Pero no debemos olvidar que estos individuos han sido tomados como Héroes, y todo lo que les rodea está empapado de tradición, ensalzamientos y, por qué no, mentiras. De uno y otro se conservan legajos y documentos firmados, supuestamente, por su puño. Sin embargo, no deja de ser curioso que fuesen un elfo y un humano, las razas con mas presencia en Anthara a lo largo de su recorrido hasta la actualidad.
En definitiva, dejamos nuestro articulo haciendo un breve repaso: una entidad llamada Caos crea a los dioses. Los dioses crean a los mortales, que luchan entre ellos como lo hacen sus padres. Llega un momento en que, ante la destrucción total, los dioses deciden pactar un acuerdo de no intromisión directa, y de no proporcionar más que una ínfima parte de su poder a los mortales, que actuarían como sus representantes. El mundo sigue siendo una guerra continua, pero aparecen dos figuras míticas encargadas de unificar y dotar de conciencia de Estado, tecnología y saberes a las diferentes civilizaciones: Solamnus el Primer Caballero y Naush-Athor el pacificador.
Naush-Athor el Pacificador
"nacía San Cuthbert, deidad de la Justicia. A esta se le otorgaron los máximos poderes para redactar una serie de leyes en las que incluso los dioses malvados estuvieron de acuerdo."
ResponderEliminar"esta matanza en la que cientos de miles de orcos fallecieron puso en jaque a Gruumsh, patriarca de la raza, quién declaró la guerra a Corellon."
"se creó la Luz y la Oscuridad, y de ella surgieron Pelor, dios del Bien y la Vida, y Nerull, dios del Mal y la Muerte. El segundo fue el que trajo mortalidad entre las razas, antaño inmortales."
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ESO me ha puesto la carne de gallina. Como jugador de tu partida (y sin ánimo de hacer la pelota porque seas mi amigo puedo asegurar que es la mejor partida de rol que he jugado y, aunque pienso que es muy difícil, espero encontrar otra que la supere).
Te animo a seguir con el Blog porque hay mucha gente que podría descubrir esto y animarse a pedirte más información sobre algunos temas específicos porque a cada persona le gustará un personaje, Dios, personaje no jugador o lo que sea diferente y si todos te pedimos lo que más nos interese al final este Blog tendrá una historia muy muy completa digna de plasmar en un libro épico.
Yo por ejemplo creo que aún te queda mucha historia por poner y es pronto para pedirte algún apartado en concreto, pero sabes que me encantaría saber TODO lo que un mortal pueda saber sobre Nerull y su invocadora. Sé que en la 3º partida, si no me equivoco, los jugadores estuvieron en el Castillo de Nerull y ocurrieron cosas que yo no sé y me encantaría saber. Por otra parte, lo considero una parte muy interesante de la partida y creo que muchos estarán conmigo en eso, por lo tanto cuando tengas un hueco ¡HAZLO!
Por lo demás, me gustaría saber muchas otras cosas pero para eso iré leyendo cada nueva entrada que pongas y, más adelante, quizás te pida algo más en concreto pero por el momento ya te he pedido algo que me aliviaría el picor durante un tiempo.